CONSEJOS PARA DETECTAR UNA BOTELLA FALSIFICADA

La venta de productos de lujo es una actividad internacional que mueve miles de millones de euros, por lo que la existencia de un mercado paralelo de falsificaciones es inevitable.

Zapatos, bolsos o relojes, son algunos artículos comúnmente falsificados. Sin embargo, hay otros sectores que cada día se ven más amenazados con sufrir estos plagios y engaños. La industria de los destilados, como la del whisky, es uno de ellos.

El mundo del vino ya ha vivido varios escándalos relacionados con la falsificación. Cabe destacar el caso de Rudy Kurniawan, documentado en el film de 2016, Sour Grapes. Por su parte, el whiskey y el coñac también se han visto afectados recientemente, así como el brandy, con el popular caso de Rudy Romero.

Casos como estos denotan que la situación es real y se están llevando a cabo falsificaciones. Sin embargo, Marcelino Piquero, de la bodega jerezana Sánchez Romate, lo tiene claro. “Puedes comprar el líquido, incluso puedes comprar las barricas, o puedes intentar re-elaborar el producto con los ingredientes originales, pero existe algo que no se puede comprar con dinero: el tiempo.”

Adam Whittaker, experto en bebidas y conocedor de este tipo fraudes nos habla claro. “Las botellas raras son inversiones de gran valor, por lo que este campo resulta muy atractivo para los criminales. El mayor problema es debido a que es improbable que los compradores lleguen a abrir y beber la botella, ya que quieren proteger su valor, se pierde la oportunidad de comprobar el que quizás sea el mayor indicio de su autenticidad, el sabor.

No obstante, Whittaker nos explica que hay otras formas de poder detectar si una botella o caja es auténtica, y así poder evitar ser estafados. “Debemos comprar solo a casas de subastas, minoristas o intermediarios de confianza. Esta regla tan sencilla te ahorrará muchos problemas, y dinero.”

El auge de webs y aplicaciones como eBay han proporcionado a mucha gente sin escrúpulos otra vía para aprovecharse de posibles inversores. “Nunca compres una botella que no hayas visto“, recomienda Whittaker, “y en cualquier caso, comprueba los hechos. ¿Existe realmente esa botella, añada o edición? Internet puede jugar en contra nuestra, pero también puede ayudarnos a esclarecer el asunto, permitiéndonos investigar a fondo.”

Lo mismo sucede con las etiquetas y la presentación. “Muchas de las destilerías que se aferran a la tradición han ido cambiando sus botellas a lo largo de los siglos, el color de la etiqueta, o el tamaño de esta. Si tienes acceso a otras botellas, o fotos fiables, o botellas de aquella época, haz la comparación.

Evidentemente, también hay indicios muy claros. “Te sorprendería comprobar el número de botellas falsas que se descubren por simples fallos de ortografía“, dice Whittaker, riendo. “Y te sorprendería aún más la cantidad de botellas falsas que no se descubren hasta que ya es demasiado tarde.

Al final, lo más importante, por triste que parezca, es la desconfianza. No comprar cualquier botella en cualquier sitio, investigar a fondo si tenemos dudas, y si las seguimos teniendo, probar el producto.

Para que podamos acabar con esta lacra, es imprescindible que si alguna vez ves algo sospechoso indagues en ello, y sobre todo, que denuncies este tipo de fraudes. Que no quede impune.

Salud todos!

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